El fin de semana vi, por primera vez, mi nombre y mi seudónimo asociados en el mismo sitio. Y no en cualquier lugar, no. En una entrevista en el periódico, a toda página, con una foto mía enorme (y horrible), con motivo de la Feria do Libro de Pontevedra.
Hasta ahora, había mantenido la faceta de escritora separada de las demás salvo para el círculo más cercano de amigos y familiares, pero lo cierto es que el año pasado, con la salida del armario que os conté en este post, ese círculo se ha ido abriendo cada vez más, hasta hacerse inabarcable, así que supongo que las cosas han llegado en el momento natural y en el lugar adecuado: la feria del libro, y mi ciudad desde hace ya diez años.
LA ENTREVISTA
A parte del momento marciano de las fotos (odio las fotos, me pongo nerviosa y soy muy poco fotogénica), la conversación con Belén, la periodista, fue muy agradable. Es más, me sentí a gusto. Hablamos de erotismo, por supuesto, pero también de filosofía, de feminismo, de psicología, de sexualidad, del panorama de la literatura erótica… Aquí tenéis el documento completo, para que le echéis un vistazo, que ella misma me ha facilitado. Desde aquí, le doy las gracias por el documento, ¡y por el buen rato!
Ver la entrevista impresa me generó, en un principio, una sensación de irrealidad. ¿Esa soy yo? ¿De verdad salgo en mi faceta de escritora en El Diario? Por un momento me pareció que estaba leyendo, como cada día, la noticia de otra persona que estimulase ligeramente mi curiosidad como para leerla entera, con calma y no en diagonal. Pero era mi historia. ¡Eran mis palabras! Solo que interpretadas por otra persona.
UNA REFLEXIÓN EN TORNO A UN RELATO
Es curioso, porque los matices del filtro que significa que tus palabras pasen por otro receptor-emisor de información, ya no se te escapan; los identificas perfectamente ya que tú sabes exactamente lo que querías decir en ese momento. Las palabras siempre tienen una intención concreta, las emites con un objetivo, aunque ese objetivo sea aliviar un momento de incomodidad sacando el tema del tiempo. En la entrevista surgió un tema muy interesante en torno a uno de mis relatos: «Un no es un sí». La periodista me habló de que probablemente podría levantar ampollas entre las feministas, que defienden que «un no es un no», sin discusión.
Cualquiera que lea el relato puede llegar a la conclusión de que su desenlace es una situación en la que ambos componentes de la pareja ganan. A veces, se dan situaciones de pasividad-agresividad en la que levantas un muro a tu alrededor, haciéndote inaccesible a tu pareja, por sentimientos de rencor, carencias afectivas o, ¡qué demonios!, cabreo puro y duro. A mi parecer, aquí hay tres alternativas.
Una es no hacer nada, dejar que el tiempo haga su trabajo, y que lime las aristas que provocó esa molestia hasta que quede olvidada. ¿O, más bien, enquistada?
La otra es tomar una actitud espejo, y pagarle a la persona con la misma moneda. El resultado es un mayor alejamiento.
La alternativa que yo trato de mostrar es intentar derribar el muro que construye la otra persona con un poco de mano izquierda, toneladas de paciencia, mucha picardía y, sobre todo, con amor. ¿Se ve la diferencia de transformar ese no en un sí?
Se trata de una pareja que lleva un camino recorrido, que conviven en la misma casa, y que tiene que lidiar con la rutina del día a día, el trabajo, la vorágine o el aburrimiento de la vida diaria. Es muy diferente a que conozcas a una persona en un bar, charles o flirtees con ella, y que, cuando intenta ir más allá, tocándote o insinuando que querría algo más, tú le dices un NO tajante. Ese NO es un NO, y no da lugar a absolutamente ninguna interpretación.
Pero en el caso de mi relato… Bien. Quien tenga una interpretación diferente a la que le he dado, y que afirme que un no es siempre un no taxativo, no solo se está perdiendo la oportunidad de acercamiento con su pareja, si no que probablemente esté ampliando la brecha y empeore el alejamiento entre ellos.
Sobre mi relato, adopto una posición postfeminista: el hecho de que la mujer ceda, y finalmente, termine por aceptar las muestras de cariño que el hombre le ofrece (sea el postre de chocolate, sea el sexo satisfactorio para ambos), no tiene nada que ver con la supremacía del heteropatriarcado. ¡Por favor! Tiene que ver con que el amor se sostiene en base a hebras positivas que vamos tejiendo en la cuerda que nos une a la otra persona y que a veces, le toca a uno sostenerla, y otras veces, le tocará al otro. En este caso, ella está enfurruñada y es él quien, con afecto y picardía, consigue derribar el muro. En otra ocasión, será ella la que consiga enfrentar los fantasmas. No hagamos lecturas complicadas de lo prosaico y lo cotidiano.
LOS LÍMITES DE LA FANTASÍA
Otra apreciación que me llamó la atención fue en respecto a una lectura, aparentemente distinta, que una filósofa dio sobre la trilogía de las Cincuenta sombras. Ella defendía que el libro reflejaba una fantasía muy extendida entre las mujeres, como es el deseo de la sumisión sexual, y que esto era muy positivo. Que las críticas eran excesivas, y que por qué se va a coartar la fantasía de una mujer. En la última parte de la entrevista se deja entrever mi opinión al respecto, pero supongo que la falta de espacio y que casi dos horas de charla no caben en una planilla, hacen que la idea que quiero trasmitir quede incompleta.
Una cosa es la fantasía y otra, muy distinta, la falta de documentación.
Ya he dicho en otras ocasiones que hay que darle el crédito a E.L. James por sacar a la luz un tema hasta ahora revestido de cierto oscurantismo, y estigmatizado como es el BDSM. El problema es que da la sensación de que la autora, simplemente, hizo con el tema lo mismo que su protagonista femenina: una búsqueda en Google, y que se leyó lo primero que pilló, además de ver las imágenes típicas.
Nos da una visión carente de documentación porque, a través de un hombre desequilibrado emocionalmente, lleno de traumas psicológicos no superados, que utiliza su superioridad económica para comprarla, y que se inmiscuye en su terreno laboral o incluso, en el control de la natalidad, lo que nos muestra no es un dominante, si no conductas de abuso psicológico. Y encima, no existe consentimiento, o lo hace a contrapelo, y aquí no tiene nada que ver con la pasividad-agresividad: hablamos de un hombre frontalmente agresivo, y que arranca un sí, donde ese no sí debería haber sido un no.
Todo esto daría para un estudio sociológico. Me pregunto cuántas tesis doctorales podrán nacer con el análisis de lo que ocurre en el libro, pero creo que yo ya me he extendido demasiado.
Mi erótica es diferente. Si me lees en el blog, espero que la sensación que te quede con mis relatos es de un erotismo libre.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Te ha gustado la entrevista? Me encantará leer tus comentarios. Y si te ha gustado la entrada, ¡comparte!, quizá a alguien más le guste conocer mi blog.
Un beso,
(c)Mimmi Kass
Te voy a ser sincero, cuando vi que ibas a publicar la entrevista que a su vez publico el diario, me causo cierta emoción y accedí a tu blog con algunas expectativas, empece a leer tu opinión personal, ¡me gusto!, luego vino la foto del Diario, me frustre un poco cuando por un lado vi que no se alcanzaba a leer y por el otro, pensé, tal vez la transcribió mas abajo, mi decepción vino cuando me di cuenta que no y ya con cierta molestia seguí leyendo lo que escribiste en la segunda parte, pero sinceramente, ya sin mucha atención, pues lo medular del asunto, la entrevista, al final de cuentas no la pude leer, ojala la pudieses transcribir para poderla leer.
Saludos y felicidades.
Manuel
¡Oh, Manuel! Siento muchísimo que no la puedas ver! Colgaré el archivo en Facebook, porque es cierto que si la pantalla es pequeña, no debe verse bien? Gracias por el aviso, y un beso grande!
Mimmi.
Muy interesante, la entrevista y el comentario… Personalmente, pienso que todas esas carencias que comparto de la novela erótica -tramas, personajes, estilo narrativo, lenguaje..- hacen que, al igual que la romántica, sean géneros menores o menospreciados. Y peor aún: al ser tan leídos, esos comportamientos o ideas sobre los papeles de hombre y mujer en el sexo calan en las mujeres, sobre todo en las más jóvenes.
Respecto a tu relato «No es un no es un sí» , mi interpretación había sido la misma que la tuya… y me considero una persona feminista (o post-feminista! 😀 me gusta casi más). En una pareja que se quiere, se trata de superar conflictos que surgen diariamente con paciencia, interés y amor. Por ambas partes. En tu relato, no se me había ocurrido verlo como un comportamiento de poder de él sobre ella. Será que llevo muchos años en pareja, este tipo de conflictos son habituales y no siempre los resolvemos de la mejor manera posible. Enhorabuena!
¡Gracias, María! Y bienvenida a mi rincón romántico erótico. Es una pena, con todo lo que puede dar de sí un tema tan revestido de emociones y sensaciones como es el erotismo, descuide aspectos de estilo, de forma y de trama. ¡Hay que escribir una erótica de calidad, que entretenga, que remezca, que deje un sabor de boca! Respecto al relato, las parejas que, como las nuestras, tengan una trayectoria, seguro que se ven reflejadas. Porque esa es otra, ¡basta de erotismo elitista de ricachones con helicóptero! y más escenas cotidianas.
Un beso, y gracias por tu interesantísimo comentario. ?
Las relaciones de pareja son demasiado complejas como para que se limiten a una declaratoria de derechos, Esto no es ir contra el feminismo ni menos negar la violencia de género, que existe y las víctimas aumentan. Sino que, cuando se trata de relaciones de pareja bien construidas, el tira y afloje tiene sus propios matices, Hombre y mujer, responden de diferente manera. Cuando estás tan involucrado con tu pareja, te das cuenta que lo que ella o él trata de hacer, es salvar las diferencias con talento, con amor, con eros, con fantasía. Y eso es recíproco cuando fluye naturalmente. Por otro lado, tu esfuerzo de darle un mejor nivel a la literatura erótica es encomiable. Tienes mucho talento y elegancia en tu narrativa. Abordar la sexualidad y sus diversas prácticas, sin partir de traumas infantiles o familiares, le da mucha amplitud a la mente cuando leemos estos relatos. Es que si mueves a la emoción más que al prejuicio o las creencias, haces disfrutar en forma natural de la sexualidad humana que de por sí es hermosa. Muchos éxitos Mimmikass en tu carrera de escritora.
¡Muchísimas gracias por tus palabras, Graciela! Y bienvenida a mi rincón. Así es, como matizas, hay un tira y afloja y cada pareja establece su propio código cifrado para entenderse. Miradas, gestos, actitudes…que permiten una mejor comunicación si estamos atentos a ellos.
Tus palabras me hacen mucha ilusión, y me estimulan a continuar. Un beso grande. 🙂