El Premio Literario Amazon se acercaba, La mujer fetiche ya estaba lista, tanto en su edición de ebook como en papel. Tenía unos montajes preciosos y sensuales, la emoción a flor de piel, muchas ganas por conocer la acogida de la novela y esa sensación de vacío que siempre acompaña a los días previos de soltar a tu criatura al mundo.
Llevaba un par de semanas calentando motores, sin atosigar demasiado porque no tenía claras las fechas por algunos problemas con Amazon y mientras se ultimaban los últimos detalles, iba contando cositas. Hasta que lo tuve claro. Salió la novela en preventa y un día antes, lo compartí feliz, con hashtags del Premio literario 2018 de Amazon incluido. Craso error. A las dos horas, cuando quise contestar a los comentarios de las lectoras interesadas, mi querido Facebook me anunciaba que estaba castigada durante un mes por ofender a un usuario. Vaya palo.
Ni el mismo Facebook sabía cuál era la publicación que tan ofensiva resultaba, luego os cuento por qué. Y ahora…¿Cómo demonios iba a promocionar mi novela?
Tengo unas lectoras (y muchos lectores también) que valen su peso en oro
Bloqueada a veinticuatro horas exactas de la salida en preventa de La mujer fetiche, no me quedó más remedio que apretar los dientes, componer una sonrisa forzada y esperar. ¿Qué iba a hacer? Había dejado bastante de lado la promoción en otras redes sociales, publicitando en las dos o tres semanas previas solo en mi perfil personal de Mimmi Kass en Facebook, y ahora me encontraba sin la que yo pensaba era mi arma más poderosa de promoción. Ay.
Llevo ya seis novelas publicadas y eso da un poco, aunque solo sea un poco, de tablas en el asunto. Ya con Radiografía del deseo me di cuenta de que el boca a boca sigue siendo la mejor y más poderosa herramienta de difusión que existe en esto de las lecturas, y lo que ha ocurrido no hace más que reafirmar esta convicción.
Poco a poco, La mujer fetiche fue escalando posiciones hasta alcanzar el número dos en Ficción Erótica, y colocarse desde su salida entre los más populares y mejor valorados del concurso indie. ¡Ahí sigue! Gracias a Cruce de caminos, que cada semana registra en su blog el recorrido de las novelas. Y no es mi mérito. No. Es vuestro. De quienes me leéis y confiáis en mis letras. De quienes esperáis mis novelas, aunque no sepáis lo que os vais a encontrar en ellas, sin estrellas ni comentarios, incluso a veces con cierto temor.
Siempre cuesta dar un salto al vacío. En mi caso, en vez de asimilar esa sensación con mayor facilidad a medida que publico más —relatos, novelas, artículos—, parece que el pánico escénico se acrecienta. ¿Lo bueno? Os tengo a vosotros. Sois mi red. Lo he repetido en infinidad de ocasiones: los lectores son la gasolina que alimenta el motor de la escritura. Desde aquí, gracias.
Pero no es oro todo lo que reluce
El problema viene cuando te cruzas con algunas personas que te siguen solo para respirar en tu cogote para vigilar lo que estás haciendo, sembrar discordia con comentarios malintencionados o que te denuncian cuando las cosas te van medianamente bien. ¿Cómo lo sé? Ha sido publicar el post que anunciaba la venta de La mujer fetiche con el hashtag #premioliterario2018, a veinticuatro horas de la salida en venta, y recibir la notificación de Facebook de que me castigaba mirando a la pared durante un mes. OUCH.
No es la primera vez que me bloquean, esto va de la siguiente manera: cuelgas una foto sensual, con cierto contenido erótico (cada vez menor, y desde luego, más moderado que muchas otras publicaciones, sean de escritoras o no) a Facebook no le gusta, y borra tu imagen y te manda un mensajito para tirarte las orejas en plan: “No puedes publicar durente X tiempo porque tu publicación no cumple con las normas comunitarias de Facbook. Si quieres conocer estas normas, pulse aquí”. Esa X es creciente. Las primeras veces te bloquean 24 horas, después son tres días, después una semana, después un mes y después puede que te cierren la página para siempre. Así es. A mí me han bloqueado tantas veces, que ya he estado castigada un mes en una ocasión anterior. ¿Adivináis cuándo? Sí. Justo antes de que saliera Latidos de lujuria.
La diferencia de cuando te denuncian el perfil terceras personas es que Facebook no sabe exactamente qué es lo que les ha molestado, así que te pone una gradilla con tus últimas diez publicaciones y te regaña para que escojas tú la imagen que ha ofendido la sensibilidad de tu seguidor. La primera vez que me pasó me quedé un poco sorprendida, no había nada excesivamente explícito ni demasiado picante, así que escogí la opción de que se trataba de un error y esperé a que llegara la respuesta. Nunca llegó, y me puse en contacto a la semana con Facebook en una especie de centro de reclamaciones. La respuesta habla mucho de cómo es el sistema: Basicamente, te explican que no tienes derecho a réplica, que ellos no se mojan. Que si te han denunciado, algo habrás hecho y qye, aunque seas inocente cual paloma de la Paz, te chupas el bloqueo hasta el final. Very funny.
De modo que, sí. Puedes saber cuándo el bloqueo es porque a Facebook no le gusta tu post, y cuándo es porque alguien te denuncia.
Compañerismo, sororidad y buen rollo en el mundo de la escritura
Y, claro, yo puse el grito en el cielo…en mi perfil personal de Xavita Hurtado, que tiene unos trescientos amigos y familiares maravillosos, pero que de promoción lectora, entre cero y nada. Algunas amigas escritoras y lectoras en común sí se enteraron e hicieron promoción para el Premio Literario Amazon por mí: Laura Sanz, Mabel Díaz, Jane Kelder, Norma Estrella, Maite Mosconi, Clara Mayo…GRACIAS. De verdad. A todas esas lectoras que se arriesgan y se atreven con ese título: La mujer fetiche, novela erótica pura. Pese a las dos preciosas historias de amor que contiene. Pero claro, romance en plan Disney…pues no. No hay.
Por otro lado, di con un grupo de Facebook gracias a otras participantes que me parece un ejemplo maravilloso de compañerismo entre escritores, Participo en el Premio Literario Amazon de 2018 y que también es un estupendo lugar para que conzcais las últimas novedades del concurso y las novelas, bajo la tutela de Marta Sebastián.
De modo que, bloqueo o no, el resultado de este mes es muy positivo. Ver que el espectáculo lamentable del año pasado no se repite y que el compañerismo y la sororidad entre escritoras sí existe, que ningún libro es competencia de otro, porque lo que importa aquí es el amor a la lectura. Deberíamos tatuárnoslo en la piel.
De modo que, ¡buena suerte a todos los participantes! Que gane el mejor según el algoritmo misterioso de Amazon, y el año que viene, si tengo una novela para esa fecha, por supuesto que volveré a participar. Podemos apostarnos unas cañas para ver si me bloquean de nuevo o no.
Instagram y la importancia de la promoción en redes para escritores
Lo bueno de todo esto es que tuve que ponerme las pilas. Me volví a otras redes con las que no me siento tan cómoda, como Instagram. ¿Todavía no me sigues por allí? ¡Te invito! Es mi rincón más personal, y más bien comparto momentos de mi día a día. Quizá sea con la que más me divierto, justamente porque no tengo la presión de la promoción de mis novelas en ella. Pero lo cierto es que Instagram funciona, y lo hace bien. No soy partidaria de bombardear con publicidad sobre mis novelas con tres post diarios, pero sí voy poniendo bocaditos y destellos de lo que puede encontrarse en ellas, comparto los fanarts que van haciendo los blogs y las lectoras, y me encanta ir contando novedades de mis nuevos trabajos. Y si te lo curras, tus seguidores responden. Estoy feliz porque con un poco de mimo, ya somos más de dos mil.
En resumen, tenía la idea de que Instagram era una red para gente más joven (enfrentémoslo, yo ya estoy bastante más cerca de los cuarenta de que de los treinta) y ha sido un verdadero descubrimiento.
Twitter y mi relación de amor-odio
Es la verdad, eso es lo que siento. Un amodio profundo por Twitter. ¿Por qué? Pues porque probablemente no lo esté haciendo bien, pero tengo la sensación de que aquí no tiene que ver cuánto te lo curres, sino la cantidad de publicaciones y lo activa que seas en la red. Y yo soy la cosa más errática e inconstante que existe, más que nada porque vivo a mil por hora, tengo muy poco tiempo para dedicarle a la escritura y, aunque soy consciente de la importancia de las redes, es lo primero que dejo caer cuando estoy saturada de guardias, el vikingo está fuera de casa y no puedo ni ir a hacer pipí sola porque mis hijos me reclaman.
Y, claro, si encima te curras un precioso collage para promocionar tu novela y, de tres mil y pico seguidores, solo te hacen caso diez, pues te apetece mandarlo todo a freír monos al África. Pero…Twitter tiene una enorme ventaja, y es que la censura no existe, o casi no existe. Reúne a muchas personas con un sentido erótico divertido y atrevido, y pese a que quizá están más interesadas en las imágenes y los artículos que comparto en mi perfil de Twitter (sobre todo contenido de Volonté, el blog de LELO, la marca sueca de objetos de placer con la que colaboro), hay un puñado de lectores y lectoras fieles que siempre están ahí. De modo que he decidido no dejarla de lado, pese a que sospecho que como escritora es con la que menor promoción consigo. Me divertiré con mis posts subiditos de tono, compartiré mis posts y los de otras compañeras y seguiré haciendo más o menos lo mismo hasta descifrar el secreto de que todo esto funcione. Algún día.
La página de Facebook que tenía en el olvido
No sé por qué, teniendo en cuenta que tengo más de seis mil seguidores en la página de Mimmi Kass-Escritora, pero no me sentía cómoda posteando lo mismo en el perfil de Mimmi y en la página, y no sabía muy bien qué compartir. La verdad es que la uso en un 100% para promoción, pero posteando muy poco. Pero con esto de que estaba bloqueada, experimenté un poco con ella.
Puse un conjunto de anuncios de pago por un euro diario, diversifiqué las publicaciones y, ¡oh, sorpresa! La llegada era infinitamente mayor que en el perfil. Por poneros un ejemplo, si pongo un post sobre mis novelas en mi perfil de Mimmi Kass, puedo alcanzar con cierta facilidad unos cien «Me gusta», pero la visibilidad con el nuevo algoritmo cuando compartes un enlace es…hundirte en el mar de miles de publicaciones que navegan por la red.
Con la página no. El alcance de cada publicación es de unas mil a mil quinientas visualizaciones (tiene un estupendo sistema de estadísticas) de manera que, ¡no hagáis como yo! No la dejéis el olvido y compartir cositas también por ahí. Vuestros seguidores os lo agradecerán y vuestras novelas van a adquirir mayor visibilidad. De verdad.
La desintoxicación de las redes sociales, de vez en cuando, es muy necesaria
Pese a todo este estudio de campo, este mes ha constituido una verdadera campaña de desintoxicación. He estado dos semanitas de vacaciones estupendas, he tenido un montón de tiempo para escribir, he aprendido un montón de cosas nuevas sobre algo en lo que cojeo muchísimo, como es el moverme en redes con un poco de sentido común y no como un pollo sin cabeza, y me apetecía compartirlo en este post.
Ahora vengo de vuelta con más ganas, feliz de presentaros La mujer fetiche a quienes no os hayáis enterado de que ya está publicada y a tomarme todo esto de manera distinta. Un poco más como que forma parte del juego, y un poco menos personal.
Una conclusión: nada en esta vida escritora es el fin del mundo
Un bloqueo en redes, un comentario negativo en Amazon o en Goodreads, una lectora que creías incondicional y a la que tu novela le parece una decepción porque no era lo que esperaba, que se te borren cuarenta mil palabras y no hayas hecho una copia…me ha pasado de todo y no es el fin del mundo. No hay que perder de vista eso que os contaba en este post hace ya dos años: escribimos porque lo necesitamos tanto como respirar, no podemos dejar de hacerlo. De manera que hay que disfrutarlo. Aunque las reglas del juego no sean siempre limpias. Forma parte del juego y no deja de ser genial.
Para celebrar mi vuelta, os cuento que El hombre fetichista estará gratis todo el día martes 7 de agosto, de manera que quienes quieran animarse a leer La mujer fetiche, pero no lo han hecho porque hay una novela anterior, la tengan sin tener que comprarla. Si ya la has leído en Kindle Unlimited, es una oportunidad estupenda de añadirla a tu colección definitiva. Así que…compartid, compartid, ¡compartid!
Aquí os dejo los enlaces. Espero que de verdad las disfrutéis muchísimo, como ya han hecho miles de lectores, y que si tenéis un ratito, os acordéis de dejar vuestra valoración y un comentario en Amazon, ¡me ayudarás mucho para el concurso indie!
Con todo el cariño,
Mimmi.